¿Afecta la Ley de Etiquetado en la decisión de compra?

A estas alturas, los famosos discos negros de la Ley de Etiquetado no sólo son conocidos por su polémica implementación, sino que también por comenzar a crear un efecto real en las decisiones de los consumidores.
ley de etiquetado

Desde que se anunció su llegada, la polémica se activó. La nueva Ley de Etiquetado prometió un impacto en la población, y poco a poco lo ha cumplido gracias a la presencia de los ya conocidos octágonos negros que, por cada 100 grs o 100 ml, alertan un alto valor de calorías, grasas saturadas, azúcares y/o sodio.

 

Si bien esta nueva normativa buscaba que los chilenos tomaran conciencia de lo que consumen, y optaran por alimentos más sanos, la presencia de estos rótulos no garantizaba su éxito per sé.

 

Sin embargo, los cambios en la población se están viendo reflejados, y así lo indicó la encuesta realizada por el Instituto de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile (ICEI).

Sin ir más lejos, el 92,9% de los encuestados dice reconocer los sellos, hablando de un éxito comunicacional del que también han sido parte  los medios masivos. Aunque por otro lado, el uso que se hace de ellos aún parece señalar que la adopción de un cambio en la mentalidad del consumidor podría tomar algo más de tiempo.

 

La evidencia dice que el 56,2% no compara los “discos PARE” impresos en los envases, dejando en menos de la mitad el número de quienes realmente se toman el tiempo para revisar esta información. Si bien la cifra podría llegar a desalentar a sus precursores, los resultados que nacen de una implementación que es bastante reciente, no dejan de ser positivos. Ahora, si nos centramos en el 43,8% que sí compara los sellos de advertencia, la eficacia de la campaña se vuelve prometedora.

 

Y es que el 91,6% de este grupo considera que su decisión de compra sí se puede ver afectada en alguna medida, mientras el 67,8%  lo afirma rotundamente. Pero al margen de la decisión ¿qué efecto tiene la Ley de Etiquetado en la percepción de los consumidores? Aquí es donde se ve una fuerte potencialidad de la ley, ya que de la muestra total, un 78,5% dice que el etiquetado podría incidir en la decisión de consumir determinado alimento.

 

En específico, el 25,7% dejaría de comerlo, el 26,2% dice que debería consumirlo menos veces que un alimento sin sellos, y el 26,6% declara que debería comerlo en menor cantidad que otro sin sellos.Mientras tanto, en la vereda del frente, los alimentos que no presentan sellos en sus envases comienzan a tomar una nueva categoría con respecto al resto, situándose en un lugar de alto privilegio en la percepción de los consumidores.

 

El 47,3% de los encuestados concibe a estos productos como saludables, mientras que el 24,2% piensa que son de mejor calidad que aquellos con marcas de advertencia.

 

78,5% dice que el etiquetado podría incidir en la decisión de consumir determinado alimento.

 

Así es como la decisión de compra podría verse afectada por la Ley de Etiquetado, y pareciera que la influencia de los sellos se proyecta exitosamente a futuro, sobre todo cuando las políticas sociales están apuntando fuertemente a crear conciencia sobre la vida sana en general, mientras los ciudadanos reciben de buena forma dichas iniciativas. 

 

Ese factor también está presente en el estudio del ICEI, en donde se detalla que el 92,4% de las personas califica con una nota promedio de 6,3 la obligación de etiquetar los alimentos con sellos. 

 

A poco más de un año del nacimiento de la Ley de Etiquetado, se puede decir que es demasiado pronto para dilucidar si la salud de los chilenos ha mejorado gracias a la presencia de los rótulos “Alto en…”. Sin embargo, es un hecho que al menos existe inquietud en la población, que la iniciativa no ha pasado desapercibida y que, a pesar de que la gran mayoría aún no usa esta información en su beneficio, ya se ve cierta tendencia a prestar atención a esta señal de alarma que se ha intentado instaurar fuertemente.

 

Y es que cada vez es más difícil pasar por una góndola de supermercado sin percatarse del gran número de productos que se han visto obligados que teñir de negro sus colores, y que además, han debido eliminar personajes emblemáticos que ya no pueden ser utilizados para llamar la atención de los niños.

 

Incluso, el 91,2% de las personas ve positivamente la prohibición de vender alimentos con sellos en escuela y colegios, factor que no solo representa un límite que se había tratado de delinear vagamente en el pasado, sino que además buscará empapar a las futuras generaciones de la importancia de una alimentación saludable. 

 

La consecuencia inesperada

Si bien es muy pronto para hablar de las consecuencias económicas que ha traído consigo la promulgación de la Ley Nº 20.606, se ha identificado un efecto inesperado que inquietó a las autoridades. Según el ICEI, el 39,5% de las personas dice dar la misma importancia a los cuatro sellos existentes, pero existe un no menor 22% que considera el octágono “Alto en azúcares” como el más importante.

 

22% considera el octágono «Alto en Azúcares» como el más importante.

 

Este escenario se condice con que el Ministerio de Salud haya detectado un aumento en el consumo de edulcorantes, ya sea como sustituto específico del azúcar  o en productos que han reemplazado su composición por algún tipo endulzante.

 

Según Lorena Rodríguez, doctora del departamento de Nutrición del Minsal “…lo que nosotros esperamos, es la disminución del contenido de azúcares -y de sodio, y de calorías y grasas saturadas- y que la gente se empezara a acostumbrar a sabores más naturales y menos exacerbados, menos dulces, menos salados, menos grasos. Pero lo que hemos visto es que los alimentos han mantenido bastante su sabor, pero a costa de reemplazos”.

 

Sin embargo, Rodríguez deja claro también que en Chile existe una regulación clara con respecto al uso de edulcorantes, y que según estudios realizados en pacientes diabéticos, estos productos no son nocivos para la salud. De todas formas, enfatiza que son necesarios nuevos estudios para evaluar su riesgo, principalmente en niños. Sin lugar a dudas, las grandes empresas han debido moverse rápidamente para eliminar poco a poco los sellos negros de sus envases.

 

Esto no implica solamente un asunto nutricional;  se han vuelto relevantes nuevas estrategias para convencer a los consumidores, principalmente aquellas compañías que por definición, no podrán eliminar del todo las advertencias. No bastará únicamente con estar presentes en una góndola, ya que la decisión de compra, más temprano que tarde, terminará pasando por cuan saludable o dañino sean los ingredientes.

 

Normativas como la Ley de Etiquetado han logrado además que el tipo de consumidor cambie, y que desde ahora adquiera un rol mucho más informado y empoderado sobre sus derechos y lo que realmente quiere para su bienestar.

 

Aunque todavía está por verse qué tan determinante se volverá la Ley de Etiquetado frente a la potencia de una marca, su prestigio y las estrategias de marketing que se decidan instaurar, ya es un hecho que la inercia no es una alternativa válida, mucho menos ahora.

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